lunes, 5 de octubre de 2009

"EL ARROYO DE LOS PERROS"

_ Detengamos un poquito Ángel, ya hemos caminado mucho y. . .
_ ¡Andale, sí, ya te estas volviendo viejo, no sea. . .
_ ¡¡Mira no mas quien lo dice, EL QUICIAÑERO!!
_ ¡Ya hombre, ya hombre y. . . escucha. . .
Corría el año del señor de mil ochocientos. . . Cuando una ocación a Sandra Zamarripa Herrera y al Ingeniero Ezequiel Zamora Guerrero, la mujer de cascos ligeros y el hombre casado, bien portado en su vestir, padre de tres o cuatro niños muy hermosos y lindos; su mujer un hembra tapatía originaria de los altos de Jalisco, que al decir verdad en mada le quedaba al tal ingeniero coscolino, que era chaparro panzón y cachetón, como su padre de igual tamaño y conflexción.
O sea era una pareja dispareja en todo, digo esto por que mientras la esposa del ingeniero era limpia, traia a sus hijos bien arregladitos, peinaditos y su casa limpia de adentro hacia fuera toda como un espejo; otra de las virtudes de la doñita Devora Edit Saldivar de Zamora, es que era muy piadosa y catolica, para no desentonar, era devota de la Virgen de San Juan de los Lagos y cada año le pedia permiso por el mes de Octubre para ir a visita a su familia y a la "Generala" (La Virgen de Zapopan).
Bueno cuenta la Cronica y la Leyenda que. . . en una de esas salidas que daba aquella mujer piadosa al Estado de Jalisco, Don Eszequiel y su amante organizaron un día de campo el invito a sus amigos de correrias ella invito a sus amigas de cascos ligeros o que les gustaba ponerle el cazco de viquingo al marido o ejercian el oficio mas antiguo del mundo o era su juego favorito la prostitución. Sandra ella no era casada era "mariposilla nocturna" que se hiba con el mejor "postor" y a sus veititantos años ya arrastraba una media docena criaturas semi denudas y hambrientas; y como dice la poesía: "estaba criando ladrones para el mundo y rameras para el burdel". Pero en eso no reparaba aquella dama.
Ese dichoso día despues embriagarse, de bailar, al ritmo de las melodias que tocaba la vitrola y contenian aquellos discos; sin mingos pudor, y como perros en brama hicieron el amor cambiandose las parejas, así fue por largo tiempo, los agarro la noche se vino encima la madrugada y aquella orgia de sexo desenfrenado nadie de ellos se percataba que una multitud de ojos acuosos que brillaban en la obscuridad de aquella noche con brillo rojiso diabolico los observaban complacientes, como gustando del expetaculo. . . ERA UNA MANADA DE ENORMES PERROS NEGROS DOBERMAN, QUE BABEABAN DE EMOCION. . . Hasta que jefe de la manada como sonriendo dice:
_ ¡¡Gggrrr, hijo cheque dejame llegarle a Sandrita, gggrrr. . .
De aquella gente no se sabe nada, ni de Sandra, del Igeniero Zamora; de la señora Edit, dicen que tiempo mas adelante vino y que alguien le pregunto por el Ingeniero y dicen le dijo a esa persona "el encontro lo andaba buscando", por eso se le conoce a ese lugar el cuál existe y nadie quería pasar: "¡EL ARROYO DE LOS PERROS".

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